Cremas, tónicos, mascarillas, sérums, lociones. Cada vez son más los productos para cuidar nuestra piel y ente ellos están los sérums. ¿Qué son los sérums? ¿Para qué sirven? Tranquila, no eres la única que no sabe lo que es un sérum facial. En este artículo conocerás qué es un sérum, cuáles son sus beneficios y cómo aplicarlo.
Un sérum o suero cosmético es un tratamiento hidratante que se caracteriza por tener una alta concentración de ingredientes activos y una textura líquida que favorecen una rápida y más profunda absorción. Su principal beneficio es su alta eficacia para combatir el envejecimiento prematuro de la piel. Tradicionalmente se comercializaban únicamente sérums faciales, pero hoy en día también hay sérums corporales en el mercado.
El sérum facial es una base hidratante de textura ligera que cuenta con una alta concentración de ingredientes activos de rápida actuación. Sus principales diferencias con una crema facial son: su formulación (más concentrada), su textura más ligera y la ausencia de factor de protección solar. El sérum facial es, por lo tanto, un producto diseñado para el cuidado de la piel de textura más ligera que una crema facial y cuya diferencia principal con una crema de día es la mayor concentración de ingredientes activos y no contar con factor de protección solar. Es ideal para complementar la acción de las cremas de día y de noche ya que potencia los efectos de estos tratamientos. También es un producto ideal como base de maquillaje gracias a su efecto unificador de la piel.
El sérum facial se ha convertido en un paso esencial en cualquier rutina de cuidado facial y ha demostrado su gran eficacia en cómo mejorar visiblemente el aspecto y la belleza de tu piel.
Asimismo, el sérum actúa de forma ligeramente distinta a la crema hidratante. Contiene solo unos pocos activos concentrados y menos aditivos como espesantes, emulsionantes o aceites, lo que permite que la fórmula se absorba rápidamente y los activos penetren más profundamente, proporcionando una alta concentración de ingredientes efectivos que penetran directamente en las capas más profundas de la piel.
Los sérums se han convertido en un complemento imprescindible en la rutina de cuidado facial gracias a los múltiples beneficios que aporta su uso para el cuidado de la piel.
Cada sérum tiene una función específica. Dependerá de qué necesita tu piel para sentirse bien.
Puedes encontrar algunos con una acción revitalizante, antiarrugas, hidratante, para dar más luminosidad a tu piel o para prevenir los signos de envejecimiento. Las opciones son muchas.
Todos los sérums ayudan a que la piel se vea más joven, vital y sana. Esto lo logran porque nutren la epidermis (la capa interna de la piel) y fortalecen la barrera contra las agresiones diarias. La contaminación daña nuestra piel sin que nos demos cuenta, especialmente si vivimos en la ciudad.
Los sérums son la herramienta ideal para que la piel esté protegida contra los efectos nocivos del medio ambiente y luzca reparada y radiante.
Tu piel es única, por eso es importante encontrar un sérum adecuado a las necesidades de tu piel y que te ofrezca los resultados que necesitas. Por ejemplo, a partir de los 30 las pieles que buscan un complemento en su ritual de cuidado anti-edad necesitan un sérum antiarrugas que les ayude a combatir los primeros síntomas del envejecimiento de la piel.
Existen sérums o ingredientes que los componen que pueden ser más beneficiosos para ti según las necesidades y características de tu piel.
Para pieles secas: una buena opción puede ser un sérum que contenga glicerina o ácido hialurónico, para hidratar la piel.
Para pieles grasas: lo que necesitas son sérums con ácido salicílicos, glicóico o dióico.
Pieles maduras: hay sérums específicos para combatir los signos de la edad, el ácido hialurónico es uno de sus componentes estrella.
Las propiedades más importantes de un sérum facial varían según su composición y el objetivo para el que han sido creados.
No obstantes, hay beneficios generales que están presentes de manera general en todos los sérums faciales:
Incluir un sérum facial dentro de tu rutina de belleza facial no es difícil. Solo debemos tener presente el orden en el que la realizamos.
Recordemos cuál es el modo y orden para tener una rutina facial correcta en casa. Aunque una rutina facial básica puede componerse solo de limpieza, hidratación y protección del sol, vamos a hacer el orden de una rutina facial completa para que puedas elegir según las necesidades de tu piel.
Lo ideal es utilizar el sérum facial y la crema hidratante en conjunto. El sérum actúa en capas más profundas de la piel que la crema, que solo trabaja en la capa superficial. Además, los sérums no tienen protección solar.
El sérum facial ha sido formulado para ser utilizado como complemento a una crema hidratante y no como un sustituto. Después de aplicar el sérum facial aplica tu crema hidratante en tu rostro.
Ahora que ya sabes todo del sérum facial y estás decidida a darle un intento conoce cuándo aplicarlo.
Aplicar el sérum es super fácil y no supone ningún problema añadirlo a tu rutina de cuidado de piel. Puedes utilizarlo 2 veces al día, por la mañana y por la noche. Si prefieres aplicarlo una sola vez, mejor hacerlo por la noche. Verás como te despiertas con una piel más fresca y sana.
Los sérums faciales son fórmulas con una alta concentración de activos pero de textura ultra ligera, lo que significa que se absorben rápidamente en la piel sin dejar residuos grasos en la cara. Por ello son ideales para mujeres con piel grasa o aquellas que busquen texturas muy ligeras. Si bien es cierto, en el caso de utilizarlo como cuidado de día, será clave complementarlo con algún filtro solar o crema facial con FPS para evitar el fotoenvejecimiento de la piel o sino, utilizarlo como hidratante en el ritual de cuidado de noche.
Lo mejor del sérum es que necesitas muy poca cantidad con cada uso.
El momento de aplicar el sérum es después de la limpieza facial y antes de la crema hidratante, para que el rostro absorba todos sus ingredientes.
Aplica 2 (o máximo 3) gotas sobre tu mano. Frota el líquido para calentarlo, y luego con las yemas de tus dedos aplícalo a toquecitos por toda la cara. Evita el contacto con los ojos. Masajea suavemente por las mejillas, la frente y la barbilla hasta que esté distribuido de manera uniforme por todo el rostro. Puedes también aplicarlo por el cuello y el escote.
Después de poner el sérum, puedes ponerte la crema hidratante.